WILFREDO IVAN AYALA VALENTIN
1. INTRODUCCIÓN.-
Nuestro país ha ido elevando cada vez más las penas frente a los delitos sexuales contra los niños y niñas hasta imponer la cadena perpetua; sin embargo, no se ha logrado solucionar el problema, debido a que éste radica también en la falta de una respuesta oportuna y eficaz a favor de la niñez por parte de los diversos operadores del Estado para prevenir esta situación y lograr frenar este hecho.
Con la aplicación efectiva de las sanciones a los sujetos que cometen violaciones en contra de los menores, se requiere la implementación de un conjunto de medidas como una adecuada política preventiva y educativa en las familias, centros educativos, a través de los medios de comunicación; el fortalecimiento de los servicios de defensorías del niño y el adolescente; la modificación del sistema penitenciario, entre otras.
Hoy en día, el gran número de violaciones a niños y adolescentes se producen en el entorno familiar, donde le agresor generalmente es un familiar de la victima, llámese padre, padrastro, tío, padrino, hermano o personas cercanas al ambiente familiar, como son los vecinos y los profesores. La aplicación de la pena de muerte a los violadores no sólo significa modificar nuestra Constitución en dos legislaturas –un año- sino también el retiro del país de la Corte Interamericana de Derechos Humanos cuyo trámite duraría 4 años como mínimo, por lo que la medida recién podría ser efectiva luego de 5 años.
2. ASPECTOS CRIMINOLOGICOS DEL DELITO DE VIOLACION SEXUAL DE MENORES
La criminología es una ciencia empírica e interdisciplinaria, que se ocupa tanto del delito, como de la víctima y el control social. Refiere Luis Alberto Bramont Arias que “…es una ciencia en continuo cambio, lo cual, como podrá suponerse, ha incidido en la manera de conceptuarla, el objeto de estudio, el método, y los postulados generales asignados; el avance del pensamiento criminológico a pesar de ser una ciencia relativamente nueva ha sido notorio”. Crimonología tiene raíces griegas y latinas. Etimológicamente significa: “la teoría del crimen”.
Bustos Ramírez señala: “Mientras el derecho penal se ocupa de la definición normativa de la criminalidad como forma de poder del Estado, la criminología estudia cómo surgen al interior del sistema esos procesos de definición”.[1] Esta ciencia auxiliar del Derecho Penal tiene íntima relación con la sociología, por ello se afirma que es una ciencia social, por ende sujeta a los cambios, mutaciones y fenómenos de la sociedad.
Agrega Bramont Arias[2] que tradicionalmente mediante la Criminología se intente explicar el delito como fenómeno individual y social. Cita a Fernandez Carrasquilla para continuar afirmando: “En toda sociedad, la criminalidad representa un acontecer natural pero anormal, lo primero, por ser un hecho inevitable, y lo segundo, por no constituir lo debido o deseado, ni tampoco la regla estadística.
También tenemos la criminología crítica que según Bramont Arias “Es la que explica actualmente en el Perú a pesar de haber sido superada en Europa. Estudia a la persona vinculada a la sociedad, fundamentalmente a los controles de la sociedad. Es el Derecho Penal quien califica a la persona como delincuente, y no sus características fisiológicas. Por tal razón la persona que comete una acción tipificada como delito es delincuente. En conclusión: es la norma penal la que establece quien es el delincuente”.[3]
“En el estado actual de la evolución del Derecho Penal, se encuentra muy arraigada la convicción de que la labor científica en este campo ha de tomar en cuenta la realidad social y el aporte de otras disciplinas, particularmente la criminología. Esta afirmación que, en términos generales, es válida respecto de todos los sectores del ordenamiento penal, lo es de un modo mucho más intenso en el caso de los delitos de significación sexual, por su especial vinculación con la dimensión psicológica y social del individuo, y por que la sexualidad no puede ser entendida como un fenómeno neutro, sino que ha de ser explicada tomando como base un conjunto de valoraciones ético culturales”.[4]
En tal sentido, es necesario revisar el fenómeno de la violación cometida contra menor de edad desde el punto de vista criminológico y social para poder entender los factores que son determinantes para su perpetración. Asimismo, cualquier estudio que quiera hacerse al respecto, deberá tener en cuenta al niño agredido, al adulto agresor, al contexto familiar y al entorno sociocultural en donde interactúan.
3. FACTORES PSICOLOGICOS Y SOCIALES DEL VIOLADOR DE MENORES DE EDAD[5]
PERFIL PSICOLÓGICO DEL VIOLADOR.- Se manifiesta en tanto que el violador es un producto de la sociedad, debido a que la extrema pobreza, la deformación de los valores, la angustia, la violencia, las frustraciones son el germen de toda violencia, incluso sexual. La psicopatología del violador puede ser variable, pero se describe como un individuo depresivo, con tendencia a la soledad, con juicio de valores muy escasos, por así decirlo, con fuertes problemas personales de índole emocional (ansiedad y problemas de sexualidad) y un gran número de ellos tienen antecedentes de haber sido víctimas de abuso sexual en su infancia.
El factor común de los violadores, el rango general es la misoginia: es decir, el odio a la mujer. El violador, al margen de la peculiaridad de cada uno, es ante todo, alguien que odia a la mujer. Hay violadores fríos, cerebrales, que planean cuidadosamente sus agresiones eligiendo a sus víctimas. Otros que son capaces de aprovechar una situación propicia para dar libertad a sus instintos sexuales. Pueden protegerse en grupo, y disputarse entre otros, a ver quien resulta más macho; pues son incapaces de compadecerse de su víctima: violadores que tiene serias dificultades para las relaciones sociales, con una autoestima precaria, actúan intimidando a sus víctimas con armas, fuerza física o amenaza de daños físicos. Por lo general, tratan de demostrarse a si mismo su machonería, su capacidad sexual, su poder.[6]
· CARACTERÍSTICAS DEL VIOLADOR[7].- Son mayoritariamente varones, oscilando los porcentajes en un 80% y 92% según las investigaciones. Generalmente se trata de hombres adultos y jóvenes incluyendo adolescentes. Son precoces, casi la mitad de ellos tuvo su primer comportamiento de abuso antes de cumplir los 16 años. Suelen ser reincidentes y actúan en las ciudades que en zonas rurales. Aparentemente son personas normales, pero presentan problemas de socialización y serias carencias de valores sociales. No saben seducir a sus iguales, los adultos.
La mayoría no busca tratamiento, el ofensor sexual y particularmente el de niños, construye toda una serie de argumentaciones en torno a su conducta delictiva en base a las cuales no presenta rastro de culpabilidad alguna que lleve a ponerse en tratamiento psicológico. En la mitad de los casos son desconocidos. En la otra mitad, se trata de familiares o conocidos de las víctimas. Sólo un 10% de los casos usan la violencia. Habitualmente recurren al engaño, tratan de ganarse a las víctimas o se aprovechan de la confianza familiar, utilizan estrategias como el factor sorpresa, la amenaza, dar regalos. La mayoría no son pedófilos, es decir adultos que preferentemente tiene sexo con niños.[8]
· TÁCTICAS UTILIZADAS POR EL VIOLADOR[9]
Buscar excusas.- En vez de aceptar responsabilidad por sus acciones, el violador trata de justificar su comportamiento. Por ejemplo. Fue molestado cuando era un niño. Estaba tomado cuando lo hice, cuando ella dijo no yo pensé que quiso decir si.
Culpar.- El violador cambia la responsabilidad de sus acciones de él hacia otros, cambio que le permite culpar a la otra persona por causar su comportamiento. Por ejemplo ella estaba actuando de manera provocativa.
Redefiniendo.- Para variar su táctica de culpar, el abusador redefine la situación para que el problema no radique en él pero sí en todo el mundo en general que le rodea.
Fantasía de éxito.- El abusador cree que él puede llegar a ser rico, famoso o extremadamente exitosos de otras maneras, si otras personas no lo estuvieran deteniendo. El que estos obstruyan su camino le hace sentir que está justificado al vengarse, incluso por medio de la violación. El abusador también rebaja a otras personas verbalmente como una manera de engrandecerse así mismo.
Mintiendo.- El abusador usa las mentiras para controlar la información disponible y por lo tanto controlar la situación. El abusador también puede utilizar las mentiras para mantener a otras personas, incluyendo a la víctima, sociológicamente fuera de balance. Por ejemplo, el trata de parecer sincero cuando está mintiendo, trta de verse engañoso aún cuando está desciendo la verdad, y algunas veces se revela en una mentira obvia.
Pretendiendo.- Las personas abusadoras a menudo pretenden que saben lo que otros están pensando o sintiendo. Su presunción les permite justificar su comportamiento porque ellos “saben” lo que la otra persona pensaría o haría en una dada situación. Por ejemplo “Yo podía ver que ella quería que yo lo hiciera”.
Haciendo tontos a otros.- El abusar combina sus tácticas para manipular a otro. Las tácticas incluyen mentir, hacer sentir mal a la persona sólo para ver sus reacciones y provocar pleitos entre otros. O tal vez trate de seducir a la persona que quieren manipular, mostrando mucho interés o preocupación por esa persona para poder hallarle el lado bueno.
Fragmentación.- El abusador por lo general mantiene su comportamiento abusivo separado del resto de su vida, física y psicológicamente. No mira ninguna inconsistencia en su comportamiento y se siente justificado en ello.
Minimizar.- El abusador sexual elude responsabilidades por sus acciones mediante tratar de que éstas parezcan sin importancia.
Ira.- Las personas abusadoras en realidad no tienen más ira que otras personas. La ira es sólo un instrumento que él usa. Deliberadamente usan la ira para controlar situaciones y a las personas.
· FACTORES SOCIOLOGICOS[10].- El maltrato sexual no es un hecho singular y aislado. Por el contrario, es n problema que se encuentra de muchas maneras vinculado a otros que de igual forma afectan al individuo, la familia y la sociedad. También debemos reconocer que la sociedad está influida considerablemente por los medios de comunicación y la difusión desmedida de imágenes que difunden valores sociales que indican irresponsabilidad en la conducta sexual. Además debemos considerar entre estos factores los valores que mantiene la sociedad en su interior, y la posición del niño en el núcleo social determinado.
· FACTORES FAMILIARES[11].- Generalmente se ubica este problema como incidencia en el caso de familias numerosas de estratos sociales bajos y escaso nivel educativo. Lo cierto es que existen factores que propician que las denuncias provenientes de estos sectores sociales sean más abundantes que las de otros. Cabe resaltar que mucho interesa advertir los valores que tenga la familia dentro de la sociedad, ya que por ejemplo en un hogar machista en el que los niños son tratados como propiedad de los padres, este tipo de conductas reprochables podría tener mayor incidencia que en las que tienen una escala de valores con mayor respeto por los derechos y la vida de las personas. Nos ha llamado la atención en nuestra investigación que muchas personas no denuncian este delito, incrementan así la cifra negra de la delincuencia, algunas veces lo hacen por callar la “vergüenza” que podría sufrir la familia, otras por qué no se dañe al padre o la madre, o al padrastro o madrastra. A modo de una breve conclusión, tenemos que la violencia sexual hacia los menores se produce en todos los estratos sociales, en todos los niveles económicos y en todos los tipos de familia. El maltrato es sin duda alguna un fenómeno multifactorial. Sin embargo hay factores de mayor incidencia como el alcohol, los estimulantes, la promiscuidad, la desintegración familiar, la desadaptación social. Algunos pretextos que podrían tener los violentadores sexuales podrían ser:
· Cuando fui niño también me maltrataron.
· Falta de dinero para cubrir necesidades primarias.
· Hijos no esperados e inmadurez para cuidarlos y respetarlos.
· Problemas con la pareja
· Patrones culturales errados
CONCLUSIONES.-
Los errores judiciales forman parte de la historia de todo sistema judicial en el mundo, incluido el nuestro; por ello que, de aplicarse la pena de muerte en nuestro sistema jurídico, se estaría limitando el derecho a la vida, consagrado en el artículo 2º inciso 1 de nuestra constitución, el cual hace referencia al derecho a la vida como fin supremo de protección del Estado, además no se cumplirían los principios del sistema penal implantado, como son la reeducación, rehabilitación y reincorporación del penado a la sociedad (fines de la pena).
La posición que tomo en referencia al articulo tratado es el siguiente: LA PENA DE MUERTE, al igual que otras sanciones punitivas, no van acabar con la criminalidad, por ende esta sanción, que nuestros legisladores están proponiendo, es un tanto absurda, que solo buscan satisfacer la petición de una sociedad que reclama que la autoridad extinga la realización de crímenes, más aún en los casos del Delito de Violación Sexual contra menores de edad, pongo de manifiesto esta conclusión, tan solo por citar el siguiente ejemplo, cuando se trato y legisló, incrementar las penas en el Delito de Secuestro: “¿SE LOGRO REDUCIR EL INDICE DE CRIMINALIDAD, RESPECTO A ESTE ILICITO?, PUES LA RESPUESTA ES NO, YA QUE COMO PODEMOS APRECIAR ESTE ILICITO AL IGUAL QUE EL DELITO DE VIOLACION SEXUAL, NO SE VAN A ERRADICAR NI PODER COMBATIR, TAN SOLO POR EL HECHO DE QUE SE INCREMENTEN LAS PENAS O QUE SE LE CONDENE CON LA PENA MAS DRACONIANA COMO ES LA PENA DE MUERTE, POR LO QUE CONCLUYO, ESTE ARTICULO, NEGANDO TOTALMENTE, SANCIONAR CON LA PENA DE MUERTE A CUALQUIER TIPO DE ILICITO PENAL.
BIBLIOGRAFIA.-
BUSTOS RAMIREZ, Juan; Lecciones de Derecho Penal; Madrid. Edit. Trotta; 1997; pag. 15.
BRAMONT ARIAS, Luis Alberto; Manual de Derecho Penal – Parte General; Lima: EDDILI, 2005; pag. 30..
RODRIGUEZ COLLAO, Luis; Bases Criminológicas para el análisis jurídico penal del comportamiento sexual abusivo; En: Modernas Tendencias de Dogmática Penal y Política Criminal. Libro Homenaje al Dr. Juan Bustos Ramírez; Lima: IDEMSA; 2007; pag. 799.
GUZMAN MUÑOZ, Guillermo; Op. Cit.; Pág. 27. Finkelhor “Abuso Sexual de Menores” (Estados Unidos – 1986)
ECHEBURÚA ODRIOZOLA, Enrique; “Personalidades Violentas”; Madrid: Ediciones Pirámide; 1996; Pág. 45
Nuestro país ha ido elevando cada vez más las penas frente a los delitos sexuales contra los niños y niñas hasta imponer la cadena perpetua; sin embargo, no se ha logrado solucionar el problema, debido a que éste radica también en la falta de una respuesta oportuna y eficaz a favor de la niñez por parte de los diversos operadores del Estado para prevenir esta situación y lograr frenar este hecho.
Con la aplicación efectiva de las sanciones a los sujetos que cometen violaciones en contra de los menores, se requiere la implementación de un conjunto de medidas como una adecuada política preventiva y educativa en las familias, centros educativos, a través de los medios de comunicación; el fortalecimiento de los servicios de defensorías del niño y el adolescente; la modificación del sistema penitenciario, entre otras.
Hoy en día, el gran número de violaciones a niños y adolescentes se producen en el entorno familiar, donde le agresor generalmente es un familiar de la victima, llámese padre, padrastro, tío, padrino, hermano o personas cercanas al ambiente familiar, como son los vecinos y los profesores. La aplicación de la pena de muerte a los violadores no sólo significa modificar nuestra Constitución en dos legislaturas –un año- sino también el retiro del país de la Corte Interamericana de Derechos Humanos cuyo trámite duraría 4 años como mínimo, por lo que la medida recién podría ser efectiva luego de 5 años.
2. ASPECTOS CRIMINOLOGICOS DEL DELITO DE VIOLACION SEXUAL DE MENORES
La criminología es una ciencia empírica e interdisciplinaria, que se ocupa tanto del delito, como de la víctima y el control social. Refiere Luis Alberto Bramont Arias que “…es una ciencia en continuo cambio, lo cual, como podrá suponerse, ha incidido en la manera de conceptuarla, el objeto de estudio, el método, y los postulados generales asignados; el avance del pensamiento criminológico a pesar de ser una ciencia relativamente nueva ha sido notorio”. Crimonología tiene raíces griegas y latinas. Etimológicamente significa: “la teoría del crimen”.
Bustos Ramírez señala: “Mientras el derecho penal se ocupa de la definición normativa de la criminalidad como forma de poder del Estado, la criminología estudia cómo surgen al interior del sistema esos procesos de definición”.[1] Esta ciencia auxiliar del Derecho Penal tiene íntima relación con la sociología, por ello se afirma que es una ciencia social, por ende sujeta a los cambios, mutaciones y fenómenos de la sociedad.
Agrega Bramont Arias[2] que tradicionalmente mediante la Criminología se intente explicar el delito como fenómeno individual y social. Cita a Fernandez Carrasquilla para continuar afirmando: “En toda sociedad, la criminalidad representa un acontecer natural pero anormal, lo primero, por ser un hecho inevitable, y lo segundo, por no constituir lo debido o deseado, ni tampoco la regla estadística.
También tenemos la criminología crítica que según Bramont Arias “Es la que explica actualmente en el Perú a pesar de haber sido superada en Europa. Estudia a la persona vinculada a la sociedad, fundamentalmente a los controles de la sociedad. Es el Derecho Penal quien califica a la persona como delincuente, y no sus características fisiológicas. Por tal razón la persona que comete una acción tipificada como delito es delincuente. En conclusión: es la norma penal la que establece quien es el delincuente”.[3]
“En el estado actual de la evolución del Derecho Penal, se encuentra muy arraigada la convicción de que la labor científica en este campo ha de tomar en cuenta la realidad social y el aporte de otras disciplinas, particularmente la criminología. Esta afirmación que, en términos generales, es válida respecto de todos los sectores del ordenamiento penal, lo es de un modo mucho más intenso en el caso de los delitos de significación sexual, por su especial vinculación con la dimensión psicológica y social del individuo, y por que la sexualidad no puede ser entendida como un fenómeno neutro, sino que ha de ser explicada tomando como base un conjunto de valoraciones ético culturales”.[4]
En tal sentido, es necesario revisar el fenómeno de la violación cometida contra menor de edad desde el punto de vista criminológico y social para poder entender los factores que son determinantes para su perpetración. Asimismo, cualquier estudio que quiera hacerse al respecto, deberá tener en cuenta al niño agredido, al adulto agresor, al contexto familiar y al entorno sociocultural en donde interactúan.
3. FACTORES PSICOLOGICOS Y SOCIALES DEL VIOLADOR DE MENORES DE EDAD[5]
PERFIL PSICOLÓGICO DEL VIOLADOR.- Se manifiesta en tanto que el violador es un producto de la sociedad, debido a que la extrema pobreza, la deformación de los valores, la angustia, la violencia, las frustraciones son el germen de toda violencia, incluso sexual. La psicopatología del violador puede ser variable, pero se describe como un individuo depresivo, con tendencia a la soledad, con juicio de valores muy escasos, por así decirlo, con fuertes problemas personales de índole emocional (ansiedad y problemas de sexualidad) y un gran número de ellos tienen antecedentes de haber sido víctimas de abuso sexual en su infancia.
El factor común de los violadores, el rango general es la misoginia: es decir, el odio a la mujer. El violador, al margen de la peculiaridad de cada uno, es ante todo, alguien que odia a la mujer. Hay violadores fríos, cerebrales, que planean cuidadosamente sus agresiones eligiendo a sus víctimas. Otros que son capaces de aprovechar una situación propicia para dar libertad a sus instintos sexuales. Pueden protegerse en grupo, y disputarse entre otros, a ver quien resulta más macho; pues son incapaces de compadecerse de su víctima: violadores que tiene serias dificultades para las relaciones sociales, con una autoestima precaria, actúan intimidando a sus víctimas con armas, fuerza física o amenaza de daños físicos. Por lo general, tratan de demostrarse a si mismo su machonería, su capacidad sexual, su poder.[6]
· CARACTERÍSTICAS DEL VIOLADOR[7].- Son mayoritariamente varones, oscilando los porcentajes en un 80% y 92% según las investigaciones. Generalmente se trata de hombres adultos y jóvenes incluyendo adolescentes. Son precoces, casi la mitad de ellos tuvo su primer comportamiento de abuso antes de cumplir los 16 años. Suelen ser reincidentes y actúan en las ciudades que en zonas rurales. Aparentemente son personas normales, pero presentan problemas de socialización y serias carencias de valores sociales. No saben seducir a sus iguales, los adultos.
La mayoría no busca tratamiento, el ofensor sexual y particularmente el de niños, construye toda una serie de argumentaciones en torno a su conducta delictiva en base a las cuales no presenta rastro de culpabilidad alguna que lleve a ponerse en tratamiento psicológico. En la mitad de los casos son desconocidos. En la otra mitad, se trata de familiares o conocidos de las víctimas. Sólo un 10% de los casos usan la violencia. Habitualmente recurren al engaño, tratan de ganarse a las víctimas o se aprovechan de la confianza familiar, utilizan estrategias como el factor sorpresa, la amenaza, dar regalos. La mayoría no son pedófilos, es decir adultos que preferentemente tiene sexo con niños.[8]
· TÁCTICAS UTILIZADAS POR EL VIOLADOR[9]
Buscar excusas.- En vez de aceptar responsabilidad por sus acciones, el violador trata de justificar su comportamiento. Por ejemplo. Fue molestado cuando era un niño. Estaba tomado cuando lo hice, cuando ella dijo no yo pensé que quiso decir si.
Culpar.- El violador cambia la responsabilidad de sus acciones de él hacia otros, cambio que le permite culpar a la otra persona por causar su comportamiento. Por ejemplo ella estaba actuando de manera provocativa.
Redefiniendo.- Para variar su táctica de culpar, el abusador redefine la situación para que el problema no radique en él pero sí en todo el mundo en general que le rodea.
Fantasía de éxito.- El abusador cree que él puede llegar a ser rico, famoso o extremadamente exitosos de otras maneras, si otras personas no lo estuvieran deteniendo. El que estos obstruyan su camino le hace sentir que está justificado al vengarse, incluso por medio de la violación. El abusador también rebaja a otras personas verbalmente como una manera de engrandecerse así mismo.
Mintiendo.- El abusador usa las mentiras para controlar la información disponible y por lo tanto controlar la situación. El abusador también puede utilizar las mentiras para mantener a otras personas, incluyendo a la víctima, sociológicamente fuera de balance. Por ejemplo, el trata de parecer sincero cuando está mintiendo, trta de verse engañoso aún cuando está desciendo la verdad, y algunas veces se revela en una mentira obvia.
Pretendiendo.- Las personas abusadoras a menudo pretenden que saben lo que otros están pensando o sintiendo. Su presunción les permite justificar su comportamiento porque ellos “saben” lo que la otra persona pensaría o haría en una dada situación. Por ejemplo “Yo podía ver que ella quería que yo lo hiciera”.
Haciendo tontos a otros.- El abusar combina sus tácticas para manipular a otro. Las tácticas incluyen mentir, hacer sentir mal a la persona sólo para ver sus reacciones y provocar pleitos entre otros. O tal vez trate de seducir a la persona que quieren manipular, mostrando mucho interés o preocupación por esa persona para poder hallarle el lado bueno.
Fragmentación.- El abusador por lo general mantiene su comportamiento abusivo separado del resto de su vida, física y psicológicamente. No mira ninguna inconsistencia en su comportamiento y se siente justificado en ello.
Minimizar.- El abusador sexual elude responsabilidades por sus acciones mediante tratar de que éstas parezcan sin importancia.
Ira.- Las personas abusadoras en realidad no tienen más ira que otras personas. La ira es sólo un instrumento que él usa. Deliberadamente usan la ira para controlar situaciones y a las personas.
· FACTORES SOCIOLOGICOS[10].- El maltrato sexual no es un hecho singular y aislado. Por el contrario, es n problema que se encuentra de muchas maneras vinculado a otros que de igual forma afectan al individuo, la familia y la sociedad. También debemos reconocer que la sociedad está influida considerablemente por los medios de comunicación y la difusión desmedida de imágenes que difunden valores sociales que indican irresponsabilidad en la conducta sexual. Además debemos considerar entre estos factores los valores que mantiene la sociedad en su interior, y la posición del niño en el núcleo social determinado.
· FACTORES FAMILIARES[11].- Generalmente se ubica este problema como incidencia en el caso de familias numerosas de estratos sociales bajos y escaso nivel educativo. Lo cierto es que existen factores que propician que las denuncias provenientes de estos sectores sociales sean más abundantes que las de otros. Cabe resaltar que mucho interesa advertir los valores que tenga la familia dentro de la sociedad, ya que por ejemplo en un hogar machista en el que los niños son tratados como propiedad de los padres, este tipo de conductas reprochables podría tener mayor incidencia que en las que tienen una escala de valores con mayor respeto por los derechos y la vida de las personas. Nos ha llamado la atención en nuestra investigación que muchas personas no denuncian este delito, incrementan así la cifra negra de la delincuencia, algunas veces lo hacen por callar la “vergüenza” que podría sufrir la familia, otras por qué no se dañe al padre o la madre, o al padrastro o madrastra. A modo de una breve conclusión, tenemos que la violencia sexual hacia los menores se produce en todos los estratos sociales, en todos los niveles económicos y en todos los tipos de familia. El maltrato es sin duda alguna un fenómeno multifactorial. Sin embargo hay factores de mayor incidencia como el alcohol, los estimulantes, la promiscuidad, la desintegración familiar, la desadaptación social. Algunos pretextos que podrían tener los violentadores sexuales podrían ser:
· Cuando fui niño también me maltrataron.
· Falta de dinero para cubrir necesidades primarias.
· Hijos no esperados e inmadurez para cuidarlos y respetarlos.
· Problemas con la pareja
· Patrones culturales errados
CONCLUSIONES.-
Los errores judiciales forman parte de la historia de todo sistema judicial en el mundo, incluido el nuestro; por ello que, de aplicarse la pena de muerte en nuestro sistema jurídico, se estaría limitando el derecho a la vida, consagrado en el artículo 2º inciso 1 de nuestra constitución, el cual hace referencia al derecho a la vida como fin supremo de protección del Estado, además no se cumplirían los principios del sistema penal implantado, como son la reeducación, rehabilitación y reincorporación del penado a la sociedad (fines de la pena).
La posición que tomo en referencia al articulo tratado es el siguiente: LA PENA DE MUERTE, al igual que otras sanciones punitivas, no van acabar con la criminalidad, por ende esta sanción, que nuestros legisladores están proponiendo, es un tanto absurda, que solo buscan satisfacer la petición de una sociedad que reclama que la autoridad extinga la realización de crímenes, más aún en los casos del Delito de Violación Sexual contra menores de edad, pongo de manifiesto esta conclusión, tan solo por citar el siguiente ejemplo, cuando se trato y legisló, incrementar las penas en el Delito de Secuestro: “¿SE LOGRO REDUCIR EL INDICE DE CRIMINALIDAD, RESPECTO A ESTE ILICITO?, PUES LA RESPUESTA ES NO, YA QUE COMO PODEMOS APRECIAR ESTE ILICITO AL IGUAL QUE EL DELITO DE VIOLACION SEXUAL, NO SE VAN A ERRADICAR NI PODER COMBATIR, TAN SOLO POR EL HECHO DE QUE SE INCREMENTEN LAS PENAS O QUE SE LE CONDENE CON LA PENA MAS DRACONIANA COMO ES LA PENA DE MUERTE, POR LO QUE CONCLUYO, ESTE ARTICULO, NEGANDO TOTALMENTE, SANCIONAR CON LA PENA DE MUERTE A CUALQUIER TIPO DE ILICITO PENAL.
BIBLIOGRAFIA.-
BUSTOS RAMIREZ, Juan; Lecciones de Derecho Penal; Madrid. Edit. Trotta; 1997; pag. 15.
BRAMONT ARIAS, Luis Alberto; Manual de Derecho Penal – Parte General; Lima: EDDILI, 2005; pag. 30..
RODRIGUEZ COLLAO, Luis; Bases Criminológicas para el análisis jurídico penal del comportamiento sexual abusivo; En: Modernas Tendencias de Dogmática Penal y Política Criminal. Libro Homenaje al Dr. Juan Bustos Ramírez; Lima: IDEMSA; 2007; pag. 799.
GUZMAN MUÑOZ, Guillermo; Op. Cit.; Pág. 27. Finkelhor “Abuso Sexual de Menores” (Estados Unidos – 1986)
ECHEBURÚA ODRIOZOLA, Enrique; “Personalidades Violentas”; Madrid: Ediciones Pirámide; 1996; Pág. 45
CITAS AL PIE DE PAGINA
[1] BUSTOS RAMIREZ, Juan; Lecciones de Derecho Penal; Madrid. Edit. Trotta; 1997; pag. 15.
[2] BRAMONT ARIAS, Luis Alberto; Manual de Derecho Penal – Parte General; Lima : EDDILI, 2005; pag. 30.
[3] BRAMONT ARIAS, Luis Alberto; Ibid.
[4] RODRIGUEZ COLLAO, Luis; Bases Criminológicas para el análisis jurídico penal del comportamiento sexual abusivo; En: Modernas Tendencias de Dogmática Penal y Política Criminal. Libro Homenaje al Dr. Juan Bustos Ramírez; Lima: IDEMSA; 2007; pag. 799.
[5] GUZMAN MUÑOZ, Guillermo; Op. Cit.; Pág. 27. Finkelhor “Abuso Sexual de Menores” (Estados Unidos – 1986)
[6] GUZMAN MUÑOZ, Guillermo; Op. Cit.; Pág. 28. Finkelhor “Abuso Sexual de Menores” (Estados Unidos – 1986)
[7] ECHEBURÚA ODRIOZOLA, Enrique; “Personalidades Violentas”; Madrid: Ediciones Pirámide; 1996; Pág. 45
[8] GUZMAN MUÑOZ, Guillermo; Op. Cit.; Pág. 29. Finkelhor “Abuso Sexual de Menores” (Estados Unidos – 1986)
[9] GUZMAN MUÑOZ, Guillermo; Op. Cit.; Pág. 30. Finkelhor “Abuso Sexual de Menores” (Estados Unidos – 1986)
[10] ECHEBURÚA ODRIOZOLA, Enrique; “Personalidades Violentas”; Madrid: Ediciones Pirámide; 1996; Pág. 45
[11] ECHEBURÚA ODRIOZOLA, Enrique; “Personalidades Violentas”; Madrid: Ediciones Pirámide; 1996; Pág. 45
[1] BUSTOS RAMIREZ, Juan; Lecciones de Derecho Penal; Madrid. Edit. Trotta; 1997; pag. 15.
[2] BRAMONT ARIAS, Luis Alberto; Manual de Derecho Penal – Parte General; Lima : EDDILI, 2005; pag. 30.
[3] BRAMONT ARIAS, Luis Alberto; Ibid.
[4] RODRIGUEZ COLLAO, Luis; Bases Criminológicas para el análisis jurídico penal del comportamiento sexual abusivo; En: Modernas Tendencias de Dogmática Penal y Política Criminal. Libro Homenaje al Dr. Juan Bustos Ramírez; Lima: IDEMSA; 2007; pag. 799.
[5] GUZMAN MUÑOZ, Guillermo; Op. Cit.; Pág. 27. Finkelhor “Abuso Sexual de Menores” (Estados Unidos – 1986)
[6] GUZMAN MUÑOZ, Guillermo; Op. Cit.; Pág. 28. Finkelhor “Abuso Sexual de Menores” (Estados Unidos – 1986)
[7] ECHEBURÚA ODRIOZOLA, Enrique; “Personalidades Violentas”; Madrid: Ediciones Pirámide; 1996; Pág. 45
[8] GUZMAN MUÑOZ, Guillermo; Op. Cit.; Pág. 29. Finkelhor “Abuso Sexual de Menores” (Estados Unidos – 1986)
[9] GUZMAN MUÑOZ, Guillermo; Op. Cit.; Pág. 30. Finkelhor “Abuso Sexual de Menores” (Estados Unidos – 1986)
[10] ECHEBURÚA ODRIOZOLA, Enrique; “Personalidades Violentas”; Madrid: Ediciones Pirámide; 1996; Pág. 45
[11] ECHEBURÚA ODRIOZOLA, Enrique; “Personalidades Violentas”; Madrid: Ediciones Pirámide; 1996; Pág. 45
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